La patria

Una ducha de agua caliente salvará el momento y luego estaré en la calle, vulnerable a la patria sucia en su pulcritud, avejentada y precisa, patriaguijón inasible. Nubes de nada patria... y al llegar a la estación, agujas extrapoladas de los relojes: decorando los tangos primero, luego clavándolos con mejor voz.

Un día como ninguno, como todos.

Somos inasibles.
Bueno es que andemos por el mundo urdiendo
(urgidos o untados o no),
anclando (por encima del debajo, así llegando),
cantando, objetando, flotando,
construyendo yendo en do;
estando.

Bajo cero

    La estación es cálida, pero de pronto, el frigorífico adquiere una importancia fenomenal, una importancia como de gato nocturno en el reino soluble de un mediodía; una importancia fatal. El frigorífico como arquetipo de cordura, de rigidez, de sabiduría. La gelificación de las ideas, la angustia en su lugar: entre barrotes. Barrotes de oro que brillan tanto que no dejan que se vea lo que hay dentro: plenitud de arena inequívoca, manchas ocultas, verano eterno, o la incandescencia de la pulcritud malograda.

Tesoro



¿Hacemos un trato? ¿Trocamos la tristeza con un retrato de antaño?



  Este es un texto tiranosáurico encontrado en la Bitácora del Transatlántico "Trasnoche". Data del día Cuatro del Mes Seis del Año Cero Seis. Es traído a vosotros tres años más tarde por cortesía del timonel del transatlántico, que atestiguó la tertulia secreta sin ser visto. Éste atribuyó como autoras a las traviesas tripulantes Tita, la Transadora Tántrika y Tantunta, la Tozuda Temeraria. Testificó que tras tal construcción transpiraron tanto que tuvieron que suministrarse tarros y tarros de talco.

  Fue transcripto por el Tío Tapial, un tipo testarudo que junta los trastos de otrora y los estruja para restringir su tamaño, posteriormente los transvasa en diminutos receptáculos y los hace transpasar los tabiques haciendo que entren por el trinquete de las puertas. Trata así de protegerlos de las transmutaciones que cada tempestad temporaria les suministra, pero al mismo tiempo, los yuxtapone con sus posteriores transcripciones para demostrar el apremiante transcurso del tiempo y el contraste que éste produce entre una y otra traslación.


La Trágica Trama de
Gertrudis, Tristán y Triana


Tremendo trabalenguas titubeado secreta e incógnitamente en la Tertulia de Traductores Transcendentales llevada a cabo en el transcurso de la travesía del transatlántico "Trasnoche",
que trató de tintinear en todo su trayecto, todavía en los trechos más turbios, también.


  Gertrudis traga strudel tratando su artritis y trotando trama su truco mientras Tristán, trémulo, trabaja. Tras esto Gertrudis tropieza tras tres trotes mientras la tremenda tropa trota que trota detrás del teatro en la noche que truena, tras el trueque tramposo. Tanto trota la tropa que tritura los tréboles triangulares que tanto atraen a los extranjeros.
  —¡Traidores!— se atreve Tristán tratando de trazar un triángulo con los tréboles que tritura la tropa en trescientas trizas. El tramo tranquilo en el que trota Tristán contrasta con lo triste de la trama. El tránsito es tranquilo y Tristán, intrépido, traza el triunfo de este retruécano.

  Triana, transeúnte, tramita su estrógeno y su estrambótico tridente. Su trasero estridente ya es trágico tras postrar en el trono sus tratados gástricos. Los postres trafica a tropel tratando de trozar el strudel estrafalario sin maltratar los trastos traídos entre tres antropólogos y cuatro actrices de Transilvania, tras lo cual maltrataron el catre. La tribu del centro del trópico se entrometió entre los antropólogos introvertidos y trapeó los rastros de los destrozados trastos.
  —¡Tranquilo antropólogo!— gritó una actriz, —no se atropelle... acá atrás he transportado una tropa, ¡y no se transvista, atrevido, que trato de trabajar!—.
  Tristemente, Triana se interpuso y se tragó la entrada del transporte con tremendo estrépito.

Sin título

Tal vez

yo

con otros.


Tal vez yo
con otros.

Antes Ahora